La distribución de las aves en Colombia, una incógnita aún por resolver

Portada distribución aves de Colombia

El territorio colombiano es el lugar con diversidad de aves en el mundo, a pesar de esto, aun quedan muchas zonas por explorar, por lo que cada año el listado de especies aumenta. El día de hoy abordaremos algunos registros recientes y comentaremos algunos factores que influyen en la distribución de las aves de Colombia.

Hace ya más de un siglo que los esfuerzos de un grupo de naturalistas comandados por Frank M. Chapman permitieron hacernos una idea general de la inmensa diversidad de aves de Colombia. En ese entonces, se logró obtener un listado de 1225 especies y subespecies, con una estimación real de 1700 especies para el país, posicionándolo como el de mayor diversidad de aves en el mundo.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces. Numerosos investigadores han recorrido el país, describiendo nuevas especies y haciendo nuevos reportes. Han surgido nuevas guías de aves, con información que rápidamente queda desactualizada debido a los constantes reportes de nuevos registros en localidades poco estudiadas.

Hoy en día, la estimación oficial ronda las 1954 especies. Número que crece rápidamente debido a los nuevos reportes, o a los estudios que han determinado que algunas subespecies de aves son en realidad especies.

A pesar de todo esto, es común escuchar la afirmación “todo está hecho, no hay nada nuevo por conocer” al hablar de las aves de nuestro país. Esta concepción puede surgir cuando observamos guías de aves y encontramos mapas definidos, con distribuciones que son invariables y que poco pueden cambiar en el futuro.

La realidad es que estos mapas son solo una herramienta visual provisional, han sido creados con base en registros de las especies, pero no sentencian su distribución, sobre todo en un país con tanta extensión y con regiones tan poco estudiadas, ya sea por el conflicto armado o por la inaccesibilidad misma de estas.

Nuevos reportes para el 2021

Por poner algunos ejemplos, solo en el año 2021 se destacan los siguientes hallazgos:

  • Primer reporte de la lora Amazona kawalli para Colombia, en el departamento del Vaupés. Esta especie se consideraba endémica del Brasil y los nuevos registros representan una ampliación de rango de 330 kilómetros.
  • 30 nuevos registros para el departamento de Córdoba, gracias a la Expedición Murrucucú, que exploró por primera vez el Alto Sinú. Entre las especies más destacables se encuentran el picoagudo (Oxyruncus cristatus), la coqueta crestada (Lophornis delattrei) y el buhíto cabecigrís (Glaucidium griseiceps).
  • Un aparente nuevo registro para el país, realizado en la isla de Providencia. Se trata del avetoro norteño (Botaurus lentiginosus), reportado por Patricia Mclean mediante la plataforma de ciencia ciudadana “iNaturalist”.
  • Los nuevos reportes de una expedición liderada por Diego Calderón hacia el cerro Mecana, en la Serranía del Baudó, departamento del Chocó. Entre los hallazgos más importantes está un nuevo registro para Colombia: el clorospingo de Pirre (Chlorospingus inornatus), que se creía endémico de Panamá, además de otros 20 registros que representan ampliaciones de rango importantes.

Lo anterior da fe de que es necesario seguir pajareando en localidades poco estudiadas; pero incluso en zonas históricamente muestreadas pueden aparecer sorpresas.

Hallazgos en localidades ampliamente exploradas

Un gran ejemplo es el redescubrimiento del montañerito paisa (Atlapetes blancae), una especie descrita en el 2007 por Thomas Donegan, a partir de especímenes colectados en el año 1971 en el altiplano norte de Antioquia. Lo curioso es que hoy se sabe que la especie es común en matorrales y arbustos secundarios en varias zonas del altiplano, pero pasaron más de 40 años sin que hubiera un solo registro de la especie.

Al parecer la razón fue que las personas buscaban la especie en bosques desarrollados o robledales, un hábitat muy diferente al preferido por la especie. También es posible que debido a sus similitudes con Atlapetes schistaceus las personas lo hayan confundido.

Algo similar ha ocurrido con el gorrión cabeciamarillo (Atlapetes flaviceps) del que inicialmente solo existían registros en la cordillera Central. Esto cambió cuando hace 9 años se reportó su presencia en la cordillera Occidental.

Nueva información sobre la especie fue publicada en el año 2020, aportando registros en el departamento de Antioquia (el más antiguo realizado en el año 1996). Incluso en 2021 se reportó la especie en el municipio de Giraldo, Antioquia, en la cordillera Occidental, siendo el registro más al norte hasta el momento.

Pero no solo el mapa de las aves de Colombia está incompleto porque nos falten lugares por registrar, sino porque las aves se desplazan.

Las aves se mueven

Tal vez hayas escuchado nuevos reportes de especies que antes no estaban y que ahora son comunes en el lugar donde vives. En el caso de Colombia, vale la pena revisar el caso del coquito (Phimosus infuscatus), una especie que hace 10 años estaba limitada a regiones de tierras bajas y rara vez se aventuraba a zonas por encima de 1000 msnm.

Hoy en día, esta especie es común en ciudades como Medellín, donde ha podido adaptarse al ambiente urbano.

Otra ave de particular interés es la maría mulata (Quiscalus mexicanus), una especie que se encontraba únicamente en las zonas costeras del país. Sin embargo, nuevos reportes han evidenciado su presencia al interior del país, llegando a lo profundo de valles interandinos como el cañón del río Cauca.

Quiscalus mexicanus Andes Antioquia
Macho de maría mulata (Quiscalus mexicanus) en el parque principal de Andes, Antioquia, Colombia. Fotografía: Sebastián Berrío

¿La razón? Probablemente la deforestación y la intervención humana estén facilitando la colonización de estas especies, que parecen aprovechar bien las áreas abiertas.

Pero el motivo principal que puede estar dirigiendo sus movimientos es el calentamiento global. Es bien sabido que muchas especies ocupan rangos altitudinales que dependen de la temperatura. Cuando esta varía, las especies se mueven para ajustar su rango.

Todo esto nos dice que los mapas son dinámicos, y se van adaptando según los nuevos reportes y movimientos de las especies. ¿Quién sabe cuándo podremos tener certeza de que conocemos a la perfección la distribución de las aves de Colombia? Tal vez esto nunca suceda, y si sucede, tendremos la tarea de documentar los cambios en las distribuciones que estás presenten a lo largo del tiempo.

Mapa de portada: Douglas Fernandes (CC-BY-2.0)

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