Por: julianbiol
Muy buenas a todos, espero que se encuentren muy bien.
Digamos que hoy les traigo un post un poco más melancólico que de costumbre.
Les pido que por un momento reflexionen sobre la premisa que reza sobre las dos fotografías: ¿Qué tienen en común un pato y una «mariposa»?
Bueno, espero que se hayan tomado al menos 10 segundos para plantear una hipótesis. Pero ahora les cuento yo:
Contenido
La triste coincidencia
Resulta que lo que ambas especies tienen en común es que están extintas, pero alguno se preguntará «¿Qué es eso de extinto?»
¿Qué significa extinguirse?
La verdad esto es un concepto doloroso, pues al declarar a una especie como extinta es porque se considera que todos los individuos de esta han perecido, dejando un vacío en el mundo que solo muchísimos años de evolución podrán llenar.
La historia mutua
Resulta que ambas especies se extinguieron entre finales del siglo XIX y durante el XX, siendo el pato el último en abandonarnos, pues se considera que esta especie partió con Linneo y Darwin a inicios de los años 80, hace menos de medio siglo. En el caso de la «mariposa», que es realmente una polilla de la familia Uraniidae, desapareció de la faz de la tierra alrededor de los 1890.
La historia del pato
«¿Qué llevó a que desaparecieran?», espero que sea lo que se estén preguntando, y es que, en el caso de nuestro pato, el Podiceps andinus, desapareció debido a -oh sorpresa-, nuestras acciones. Resulta que, a la gente del altiplano cundiboyacense, donde vivía este amiguito, le pareció muy buena idea secar las lagunas para tener más espacio para meter vacas y además, por qué no meterle truchas a «esos pantaneros inútiles». Resultando en que las truchas se comían los polluelos, la gente los huevos y ya no había lagunas, un escenario nefasto para esta especie, que desapareció del mundo sin apenas saber nosotros algo de ella.
La historia de la polilla
En el caso de nuestra amiga la polilla, esta sólo vivía en la isla de Jamaica, habitando dentro de los bosques que, -oh sorpresa-, nuevamente fueron devastados por la mano del hombre, que deseaba criar ganado y sembrar caña de azúcar, lo que, aunado a la fragilidad de los ecosistemas isleños (más aún los que padecen eventos ciclónicos) hizo que esta pobre desapareciera, no sin antes -esta sí-, poder haber sido más o menos bien documentada por los naturalistas ingleses.
El peligro de la extinción
Son historias tristes, que deben advertirnos que la extinción es real, que muchas especies están desapareciendo y van a desaparecer, más aún si no actuamos. No podemos evitar la extinción de especies, pues es un fenómeno natural, pero no a los ritmos actuales donde somos nosotros quienes estamos haciendo que las especies desaparezcan. Seamos mejores que eso y salvemos las vidas de muchos organismos que no pueden hacerlo por ellos mismos.
No siendo más, espero que mi relato no los haya aburrido ni entristecido, sino que pueda ser tomado como una bandera (ya sé que me vuelvo pretencioso cuando escribo) para que estas cosas no sigan ocurriendo.
Les dejo un abrazo y las referencias:
Referencias
Ver Referencias[1] Nazari, V., Schmidt, B. C., Prosser, S., & Hebert, P. D. (2016). Century-old DNA barcodes reveal phylogenetic placement of the extinct Jamaican sunset moth, Urania sloanus Cramer (Lepidoptera: Uraniidae). PLoS One, 11(10), e0164405.
[2] Renjifo, L. M., Amaya-Villarreal, A. M., Burbano-Girón, J., y Velásquez-Tibatá, J., 2016. Libro rojo de aves de Colombia, Volumen II: Ecosistemas abiertos, secos, insulares, acuáticos continentales, marinos, tierras altas del Darién y Sierra Nevada de Santa Marta y bosques húmedos del centro, norte y oriente del país. Editorial Pontificia Universidad Javeriana e Instituto Alexander von Humboldt. Bogotá, D. C., Colombia.
Foto: Don Lafontaine, Urania sloanus
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