Las aves y las plantas están íntimamente relacionadas, por lo tanto conocer el mundo vegetal es entender un aspecto de las aves que generalmente ignoramos. Hoy aprenderemos sobre la importancia de prestar atención a las interacciones entre aves y plantas, así como las ventajas que proporciona la observación minuciosa.
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Si ya de por sí un pajarero tiene la suficiente habilidad para observar el mundo de una manera distinta, un pajarero botánico puede ir mucho más allá. Hoy hablaremos sobre las aves y las plantas, y sobre cómo podemos aprender a predecir muchos aspectos de las aves si volcamos nuestros ojos hacia el mundo vegetal.
Muchas veces en nuestras salidas nos hemos encontrado con bosques silenciosos durante largos trayectos, pero de repente, pareciera que todas las aves se han concentrado en un solo lugar. Al mirar más detenidamente, hemos visto un árbol lleno de frutos, y a muchas especies aprovechando este recurso.
Pero no solo las aves frugívoras se encuentran allí, algunas insectívoras aprovechan para capturar insectos que otras aves espantan, o que se alimentan de flores o cortezas de los árboles.
Esta simple observación puede servir de mucho. Las aves suelen buscar la abundancia de recursos ¿Por qué no la buscamos nosotros también si queremos observarlas? Tal vez, si empezamos a conocer los patrones y ciclos que presentan las diferentes especies de plantas, podremos incrementar nuestro conocimiento del entorno, y de cierto modo, predecir dónde estarán las aves.
La importancia de la fenología vegetal en la observación de aves
Al estudio de eventos como la floración y la fructificación se le conoce como fenología de las plantas, y puede servir de utilidad no solo para registrar especies comunes, sino para poder hallar aquellas especies esquivas, que en muchas ocasiones tienen requerimientos tan estrictos que se limitan únicamente a ciertos tipos de plantas.
¿Qué hago si quiero registrar un carpintero de los robles? Es muy posible que pueda encontrarlo en una gran variedad de hábitats, incluyendo zonas abiertas y cercanas al hombre, pero si voy y lo busco en un robledal con frutos, será muy probable encontrar al menos un individuo, y con suerte varios, haciendo agujeros sobre los huecos de los robles, para luego depositar las semillas dentro de ellos.
Incluso, si observo un poco más detenidamente, podré maravillarme con el espectáculo de los colibríes chupasavia alimentándose del fluido que liberan los robles al ser perforados por los carpinteros.
Los dos ejemplos anteriores son solo una muestra de la infinidad de interacciones que podemos evidenciar si prestamos atención a las plantas. Esto tiene una infinidad de utilidades.
Por ejemplo, para los guías turísticos, sirve para encontrar más fácilmente especies objetivo durante una salida de observación de aves. Incluso puede servir para que los fotógrafos logren mejores tomas de las especies, en caso de que no quieran fotografiarlas en cebaderos artificiales.
Historias naturales enlazadas
Pero el sentido más puro de la observación de las aves y las plantas está relacionado con la historia natural, y es que resulta que muchas especies de aves han evolucionado junto con ciertas especies de plantas. Las más famosas: los colibríes.
La intrigante diversidad de formas y tamaños en los picos de colibríes puede dar fe de sus hábitos alimenticios: el colibrí pico de espada (Ensifera ensifera) es el ave con el pico más largo respecto a su cuerpo. Este exagerado tamaño parece estar asociado al principal género de plantas que poliniza: las Passifloras.
El colibrí pico de espada también se alimenta de plantas de los géneros Aetanthus, Bomarea, Brugmansia, Datura, Fuchsia, Juanalloa, Mutisia y Salpichroa, aunque parece tener una gran afinidad por Passiflora mixta, especie que se cree depende del largo pico de Ensifera ensifera para ser polinizada [1].
Interacciones como estas tal vez ocurren todos los días cerca de nosotros, sin que ni siquiera lo notemos. Tal vez el motivo principal es que nunca nos hemos hecho esas preguntas. Sabemos que el ave que observamos se está alimentando de una planta, pero nunca nos preguntamos de cuál.
Y aquí es donde pasamos al siguiente punto: la observación de aves nos puede hacer aprender más de lo que creemos sobre la diversidad de flora de nuestra región, diversidad en su mayoría de veces subestimada, e incluso ignorada.
¿Cómo aprender sobre las plantas que visitan las aves?
La botánica es por supuesto una profesión bastante difícil y en constante evolución. Incluso los expertos se encuentran a menudo en problemas para poder identificar las especies que encuentran, necesitando colectar especímenes para poder identificarlos a partir de claves morfológicas. Entonces ¿Cómo podemos saber el nombre de las especies de plantas si ni siquiera somos expertos?
Una ventaja de internet es que existen plataformas como Naturalista, donde podemos subir nuestras fotografías, y otras personas pueden ayudarnos a saber qué especie estamos observando, aunque en otros casos solo se pueda llegar a género o familia.
No necesitamos volvernos expertos en botánica, simplemente abrir la mente para reconocer una mayor variedad de formas y nombres de la flora que nos rodea, tal como lo hacemos cuando observamos aves.
Poco a poco empezaremos a aprender a identificar las principales familias y géneros de plantas que consumen las aves, lo que sin duda nos dará un conocimiento más completo (otros dirían holístico) de nuestro entorno.
Un buen ejercicio para fortalecer estos conocimientos es hacer un listado de las especies de plantas que frecuenta una determinada especie de ave. Esto al fin y al cabo hace parte de la historia natural de la especie, por lo que su documentación tiene un gran valor para la ciencia.
Con el tiempo, el conocimiento botánico servirá para tomar decisiones sobre nuestras pajareadas: qué rutas seguir, qué árboles visitar y qué especies de plantas buscar. El estudio de las relaciones entre plantas y aves nos dará sin duda un nuevo entendimiento de la ecología de las especies y alimentará nuestra curiosidad hacia un entorno previamente ignorado.
Referencias
Ver Referencias[1] Lindberg, A. B., & Olesen, J. M. (2001). The fragility of extreme specialization: Passiflora mixta and its pollinating hummingbird Ensifera ensifera. Journal of Tropical Ecology, 17(2), 323-329.