Durante los últimos años, el uso de bebederos artificiales para colibríes ha aumentado significativamente, y con ello la discusión sobre si es recomendable o no el empleo de esta práctica. El día de hoy revisaremos algunos artículos que estudian sus efectos, así como recomendaciones para que en caso de que sean utilizados, se haga de forma responsable.
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¿Qué tan diferente es el néctar a una solución azucarada?
Tanto el néctar provisto de forma natural por las flores, como el de un bebedero artificial, contienen en esencia lo mismo: sacarosa. Este es un disacárido compuesto por glucosa y fructosa, y está presente tanto en el azúcar que compramos, como en el néctar de flores. Usualmente la concentración de este en las flores suele estar entre el 10% y 20%, por lo que se recomienda usar esta misma proporción para los bebederos artificiales. De esta forma se podrá suplir la alta demanda energética que tienen los colibríes, debido a su metabolismo acelerado y el alto gasto calórico necesario para volar.
Efectos de bebederos artificiales en colibríes
Los efectos del uso de bebederos para colibríes pueden ser variados, y para hacer un análisis correcto no solo se debe considerar el impacto sobre estos, sino sobre las plantas que ellos polinizan. Recordemos que los colibríes son el grupo de aves que tiene un mayor poder de polinización en el continente americano [4].
Un estudio realizado por investigadores en Arizona, Estados Unidos [3], examinó cómo la presencia de bebederos de colibríes afectaba la tasa de visitas a plantas con flores durante el transcurso de un año. Lo que encontraron fue que a medida que transcurría el tiempo y llegaba la temporada de floración (muchas plantas de diferentes especies floreciendo simultáneamente), los colibríes visitaban menos los bebederos artificiales.
Los autores comentan que si bien los bebederos ayudan a aumentar las poblaciones de colibríes al proveer una fuente de alimento constante, algunas plantas que florecen en temporadas atípicas podrían verse afectadas al disminuir la tasa de polinización.
¿Y qué sucede con las plantas nativas?
Hay que mencionar que las dinámicas de polinización puede variar de acuerdo a la región, y el estudio anterior está centrado en la región neártica. Un estudio un poco más cercano al trópico, realizado en México [1], midió el efecto del uso de bebederos artificiales sobre la tasa de visitas de colibríes a una planta nativa de la zona (Salvia fulgens) común en ambientes urbanos y suburbanos, encontrando que esta vio reducida su éxito reproductivo en sitios con bebederos de colibríes cercanos.
Los estudios anteriores muestran efectos positivos sobre los colibríes y potencialmente negativos sobre algunas especies de plantas. Sin embargo, hacen falta más estudios centrados específicamente en Colombia y en cada uno de los hábitats y pisos térmicos para poder entender un poco mejor dichos efectos. Las redes de polinización son altamente complejas y aunque unas especies se puedan ver perjudicadas, otras podrían incrementar su éxito reproductivo.
La importancia de la higiene
Algo que no hemos mencionado son algunos posibles efectos negativos del uso indebido de bebederos en los colibríes. Uno de ellos es la transmisión de enfermedades y/o patógenos como hongos, y es que una baja higiene en los bebederos puede ocasionar que los colibríes entren en contacto con todo tipo de microorganismos, tanto inofensivos como potencialmente nocivos.
Un estudio publicado en 2019 [2] analizó la microbiota de bebederos artificiales para colibríes y la comparó con la del nectar provisto por flores nativas en Estados Unidos, encontrando que es posible encontrar algunos géneros de patógenos aviares (Aspergillus sp. y Candida sp.) en bebederos artificiales. Por otro lado, en el néctar de plantas también existe la posibilidad de encontrar dichos patógenos, aunque el polen de algunas especies de plantas contiene proteínas antimicrobianas.
Buenas prácticas para el uso de bebederos de colibríes
Lo más recomendable al utilizar bebederos para colibríes es mantener una buena limpieza de estos. Lo primero es cambiar la solución azucarada cada 48 horas máximo (en climas fríos) y cada 24 horas en climas cálidos. Esto evitará la fermentación de la solución, que en caso de ocurrir puede literalmente emborrachar a los colibríes, debido a la producción de alcoholes.
Lo segundo es hacer un lavado frecuente de los bebederos. Para esto es muy importante que puedan desarmarse, lo que facilitará su lavado con cepillo y detergente, y opcionalmente con agua caliente para ayudar a eliminar algunas bacterias sensibles al aumento de temperatura.
El hecho de tener bebederos para colibríes implica una gran responsabilidad, pues de nosotros depende la calidad del alimento ofrecido a estos. Y considerando que muchos bebederos son mantenidos como atractivo turístico, no está demás poner empeño en proveerle a estos seres alados las mejores condiciones posibles para su alimentación.
¿Entonces, debería o no usar bebederos para colibríes?
Este es un tema que va relacionado más que todo con la filosofía de cada uno. Algunas personas optan por atraer a las aves únicamente usando plantas en su jardín, otras utilizan de manera mixta algunas plantas y bebederos distribuidos entre estas. Es claro que los bebederos pueden ser de gran ayuda para los colibríes, sobre todo en temporadas de baja abundancia floral, aunque como mencionamos anteriormente, los efectos de su uso sobre redes de polinización son poco conocidos, y podrían potencialmente perjudicar a algunas especies de plantas en concreto.
Referencias
Ver Referencias[1] Arizmendi, M., Constanza, M. S., Lourdes, J., Ivonne, F. M., & Edgar, L. S. (2007). Effect of the presence of nectar feeders on the breeding success of Salvia mexicana and Salvia fulgens in a suburban park near México City. Biological Conservation, 136(1), 155-158.
[2] Lee, C., Tell, L. A., Hilfer, T., & Vannette, R. L. (2019). Microbial communities in hummingbird feeders are distinct from floral nectar and influenced by bird visitation. Proceedings of the Royal Society B, 286(1898), 20182295.
[3] McCaffrey, R. E., & Wethington, S. M. (2008). How the presence of feeders affects the use of local floral resources by hummingbirds: A case study from southern Arizona. The condor, 110(4), 786-791.
[4] Schuchmann, K. L. (1999). Family Trochilidae (Hummingbirds). Handbook of the birds of the world, 5, 468-680.
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