Resumen y reseña de El Ingenio de los Pájaros – Jennifer Ackerman

Portada_El ingenio de los pájaros

¿Son las aves tan tontas como se nos ha hecho pensar? ¿Qué tan válida puede ser la expresión «cabeza de chorlito»? El Ingenio de los Pájaros es una exhaustiva revisión del conocimiento actual sobre la mente de las aves, contada de una manera amena e intrigante.

Jennifer Ackerman, su autora, quien para escribir este libro viajó a lugares tan distantes como Nueva Caledonia o Barbados, nos enseña que el cerebro, comportamientos y habilidades de las aves son mucho más complejos de lo que pensamos, llegando incluso a ser superiores en algunos aspectos a los nuestros (si es que pueden compararse).

A continuación, enumeraremos las ideas y narrativas más importantes desarrolladas durante el libro:

Introducción

En esta sección, la autora da una breve explicación sobre cómo fueron sus inicios en la observación de aves, sus madrugadas a registrar aves playeras, y las preguntas que desde pequeña invadían su cabeza. Siempre ha existido la creencia de que las aves son estúpidas, pero los comportamientos y habilidades que ella había podido evidenciar gracias a su desarrollado sentido de la observación decían todo lo contrario.

Cap 1. Del dodo al cuervo: midiendo la mente de un ave

Es cierto que todas las aves parecen tener inteligencias distintas. El dodo es recordado por su aparente docilidad e incapacidad para defenderse de especies invasoras, que acabaron por llevarlo a la extinción. Por otro lado, los cuervos de Nueva Caledonia sobresalen por su impresionante habilidad de resolver rompecabezas y usar herramientas. ¿Qué determina que unas aves sean más inteligentes que otras?

¿Qué es la inteligencia?

Esta difícil pregunta, nos cuenta Jennifer, ha sido abordada de múltiples maneras a lo largo de la historia de la ornitología, llevando incluso a la formulación de una escala de inteligencia para las aves, una especie de IQ aviar. Si bien hay excepciones, parece ser que la inteligencia de las aves está relacionada con la relación entre el tamaño del cerebro respecto al cuerpo, pero la definición de inteligencia no es una sola, sino que involucra múltiples habilidades, como las espaciales, motoras o sensoriales.

Un ejemplo de esto es lo que sucede con el semillero de Barbados (Loxigilla barbadensis) y el semillero carinegro (Melanospiza bicolor). El primero es arriesgado y ha aprendido a usar nuevas fuentes de alimento, mientras que el segundo es temeroso y no sale de su zona de confort. ¿Es el semillero carinegro menos inteligente? Tal vez, mencionan en el libro, la inteligencia depende del contexto y de las presiones de selección natural por las que cada especie ha tenido que pasar. Esto que ha forjado sus comportamientos y modos de vida. Además, las interacciones entre neuronas juegan un papel clave.

Cap 2. A la manera de los pájaros: una nueva visión del cerebro de las aves

A pesar de ser tan pequeño, el cerebro de muchas aves es increíblemente complejo, permitiendo pájaros como los carboneros de cabeza negra (Poecile atricapillus) haber desarrollado sistemas de comunicación complejos, que les permite diferenciar la forma, distancia y grado de amenaza de posibles depredadores.

Carbonero de cabeza negra - Poecile atricapillus - Blake Ross
Carbonero de cabeza negra (Poecile atricapillus). Fotografía: Blake Ross (CC-BY-4.0)

Este tamaño pequeño se debe a un increíble proceso de optimización a lo largo de millones de años, y es que los ancestros de las aves tenían un tamaño cerebral considerable, que se fue optimizando y comprimiento hasta niveles tan extremos como los de un colibrí. Pero no solo el cerebro ha sido optimizado. En general, el hecho de volar implicó que muchas estructuras como los huesos evolucionaran de forma que tuvieran un peso bajo pero una alta resistencia.

El sueño en las aves

Se menciona también que aunque corresponden a linajes muy diferentes, el cerebro de las aves y seres humanos ha tenido una evolución convergente. Comportamientos como el sueño, y en específico la etapa de movimiento rápido de los ojos (REM) existe en las aves. Esta fase del sueño parece ser clave para el desarrollo cognitivo de las especies que la presentan.

Pero todas las aves no tienen un desarrollo similar. Existen algunas que nacen listas para enfrentar los peligros de su ambiente (denominadas precoces), mientras que otras pasan por un proceso más lento de crecimiento y dependencia de sus padres (especies altriciales). Al parecer estas últimas tienen un mayor desarrollo cerebral. Pero no solo el tipo de crecimiento influencia el tamaño del cerebro, también aspectos como la capacidad de migrar. Por lo general, las especies migratorias tienen un cerebro más pequeño, tal vez producto de la optimización.

Cap 3. Cerebritos: magos de la técnica

Este capítulo es dedicado casi en su totalidad a los cuervos de Nueva Caledonia (Corvus moneduloides) y es que estas aves son famosas por fabricar herramientas: ramas con forma de gancho que les permite obtener larvas de lugares difíciles como agujeros de árboles. Este es un comportamiento complejo y difícil de perfeccionar, que le toma a los juveniles al menos 6 meses en aprender.

Las ventajas de vivir sin depredadores

Ya que Nueva Caledonia es una isla relativamente reciente (17 millones de años) y que los cuervos de Nueva Caledonia se originaron hace relativamente poco, se cree que estas aves desarrollaron esta capacidad cuando ya estaban establecidos allí. La ausencia de depredadores en el lugar pudo haber favorecido la inversión de tiempo en fabricación de herramientas, pues en caso contrario, las aves distraídas serían presa fácil de depredadores.

En su viaje a Nueva Caledonia, la autora nos habla sobre el trabajo de Alex Taylor, un investigador que al parecer encontró que los cuervos pueden tener un sentido causalidad (saber que A afecta a B). Esto sigue siendo sin embargo un amplio debate que necesita mayor investigación. El capítulo concluye abordando la pregunta ¿qué fue primero en estos cuervos: la inteligencia o la capacidad de fabricar herramientas? Parece haber evidencia para ambas hipótesis.

Cap 4. Trinos y gorjeos: destreza social

Muchas aves son especialmente gregarias, llegando a convivir en grupos de miles de individuos; mientras que otras eligen una pareja para toda la vida. Esta variedad de comportamientos sociales puede llegar a ser bastante compleja, y esto es sobre lo que trata el capítulo.

Algunas aves, como los cuervos, suelen dar «regalos» a modo de agradecimiento hacia personas que los alimentan frecuentemente. Comportamientos como este, que se creían exclusivamente de humanos, pueden llegar a ser comunes en ciertas aves.

¿Tienen las aves empatía?

Algunas especies pueden adelantarse a las preferencias alimenticias del sexo opuesto, con el objetivo de fortalecer sus relaciones. También, los machos de periquito australiano pueden imitar el llamado de contacto de la hembra para cortejarla. Cuanto más se parezca el llamado, mayor éxito tendrá.

Incluso algunos cuervos parecen consolarse cuando alguno ha sufrido daños en alguna pelea. Se ha documentado que cuando los cuervos de la especie Aphelocoma californica presencian la muerte de un pariente, suelen reunirse en grupos durante cierto tiempo alrededor del cadáver. Esto sin embargo, no debe malinterpretarse, pues podría significar algo diferente en el contexto de las aves, tal vez como un modo de aprendizaje para tomar más precaución.

Estos mismos cuervos tienen un complejo sistema de almacenamiento de semillas. Pueden recordar la ubicación de miles de ellas, pero deben lidiar con cuervos ladrones que tratan de espiar sigilosamente para luego apoderarse del botín. Esto ha llevado a que desarrollen diferentes tácticas de engaño para despistarse unos a otros.

Pero al hablar de sociedad, la cosa va mucho más allá. Individuos dentro de un grupo grande pueden tener personalidades diferentes. Algunos intrépidos y ágiles, otros más moderados y sumisos. Estas interacciones pueden ir incluso más allá de la misma especie, pues se ha encontrado que aves de especies diferentes con preferencias alimenticias similares pueden compartir la localización de fuentes de alimento.

Incluso parece ser que las aves enseñan a los juveniles a comportarse de cierta manera ante algunos estímulos. Por ejemplo, en la especie Turdoides bicolor, los adultos enseñan a sus crías a reconocer mediante sonidos cuáles son los lugares aptos para alimentarse y en qué momento huir de depredadores.

¿Qué determina que las aves prefieran grupos grandes o pequeños? Parece que las hormonas tienen mucho que ver. En las aves, hay hormonas «equivalentes» a la oxitocina y vasoprecina humanas. Estas se llaman mesotocina y vasotocina, respectivamente. Al parecer, especies con mayor cantidad de receptores de mesotocina en el cerebro tienen más afinidad por grupos grandes.

Cap 5. Cuatroscientas lenguas: virtuosidad vocal

Algunas aves pueden demostrar una destreza vocal impresionante. Además de patrones cerebrales de aprendizaje y ejecución del canto, lo que hace posible tal virtuosismo es la presencia de una estructura llamada siringe. Este órgano, ubicado en la parte inferior de la tráquea, permite que las aves lleven el canto a otro nivel.

Los sinsontes (Mimus spp.) tienen una capacidad vocal superior. Esto es en parte porque pueden mover cada una de las dos membranas de la siringe de forma independiente, lo que les permite realizar cantos mucho más elaborados. Pero ¿para qué cantar? ¿de qué les sirve a las aves? El primer motivo puede ser la comunicación entre individuos de la misma especie, ya sea para atraer pareja, defender su territorio o simplemente pasar el rato. Parece ser que algunas aves cantan para sí mismas, por el simple hecho de poder hacerlo. Incluso un estudio sugiere que los sinsontes pueden cantar para «sentirse mejor» pues liberan opioides al hacerlo.

De nuevo, aunque hay bastantes diferencias entre humanos y aves, parece haber patrones similares en ciertos comportamientos referentes al canto. Esto hace posible que algunos loros puedan aprender a imitar frases y fonemas de seres humanos.

¿Cómo aprenden las aves a cantar?

El proceso nos puede resultar bastante familiar. Los pinzones cebra (Taenopygia guttata) aprenden de los cantos de sus padres mediante la escucha. A medida que crecen, practican de manera progresiva, y refuerzan lo aprendido al dormir. Parece que la presión social puede influenciar la ejecución del canto en esta especie, pues los juveniles cantan de una manera normal cuando están solos, pero lo hacen «con más empeño» cuando hay hembras observando.

La ejecución del canto parece estar bastante ligada a los sistemas de control de movimiento, tanto en aves como en humanos. Una hipótesis sostiene que los genes implicados en el aprendizaje vocal tal vez se duplicaron de genes motores y adquirieron dicha función.

A pesar de la gran diversidad de especies de aves, pocas tienen el vituosismo vocal de los sinsontes. ¿Por qué es tan poco frecuente una habilidad tan extrema? Tal vez los cantos complejos pueden ocasionar una mayor tasa de depredación (pues implican mayor tiempo invertido ejecutando el canto, a menudo en zonas abiertas), y las especies que los realizan necesitan ser buenas en escapar de sus depredadores. Por fortuna, los sinsontes son buenos en ello.

Cap 6. El pájaro artista: aptitudes estéticas

Muchas aves parecieran tener nociones sobre la estética. El pergolero satinado (Ptilonorhynchus violaceus) es un ave conocida por sus construcciones y uso de los colores. Los machos de esta especie construyen unas estructuras que utilizan para cortejar a las hembras. Para ello, utilizan materiales variados, haciendo uso de conceptos como la simetría y la perspectiva forzada. Además, parecen tener predilección por ciertos colores, como el azul, y rechazar otros, como el rojo.

La autora se pregunta si estos comportamientos podrían indicar que estas aves tienen sentido de la estética. Al revisar el significado de este concepto, además del de arte, se llega a la conclusión de que no hay un motivo por el que estas aves no puedan estar haciendo arte, pues una de sus definiciones es la creación de una pieza que provoque un cambio sobre otros individuos (en este caso, las hembras).

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Macho de Ptilonorhynchus violaceus. Fotografía: Ben Keen (CC-BY-4.0)

Las hembras deciden

Las hembras de esta especie han llevado el cortejo a niveles extremos de exigencia para los machos, pues pueden estar filtrando a los que tengan mejores genes. Esto lo hacen eligiendo únicamente a los que hagan sus construcciones y bailes de cortejo de una manera apropiada. Estas hembras pueden además diferenciar a los machos bruscos de los más moderados, prefiriendo por lo general a los últimos.

Algo similar ocurre con el saltarín barbiamarillo (Manacus vitellinus). En esta especie, las hembras son capaces de detectar hasta los más sutiles cambios en los movimientos que realizan los machos para cortejarlas. Esta capacidad podría indicar que las hembras tienen una imagen mental de cómo debería ser el baile en su estado ideal, y lo comparan con la ejecución de los machos.

Cap 7. Una mente cartográfica: ingenio espacial (y temporal)

Las aves tienen un sentido increíble de la orientación. Desde hace mucho tiempo se descubrió que las palomas bravías (Columba livia) son capaces de retornar a su hogar desde distancias que superan los cientos (y hasta miles) de kilómetros. Las habilidades y sentidos que utilizan las aves para lograr tales hazañas son el motivo de este capítulo.

Es bien conocido que una gran parte de las aves del mundo realiza migraciones estacionales. Durante estos recorridos las aves pueden viajar miles de kilómetros sin descansar, conociendo exactamente a dónde ir. Incluso los juveniles, quienes realizan este viaje por primera vez, parecen tener programado este recorrido en sus genes.

Integración de múltiples sentidos

Pero además de esta orientación «preestablecida» las aves hacen uso de muchas otras pistas para orientarse. Estas incluyen los cambios graduales del campo magnético de la tierra, la posición del sol, las estrellas, ondas de sonido de bajo espectro, e incluso olores característicos. Esto les permite ubicarse de nuevo luego de ser desplazadas por una tormenta tropical, un tornado, o un tifón.

Además de esta inteligencia para la navegación a grandes distancias, algunas aves presentan una capacidad impresionante de ubicación espacial en ambientes cercanos. Por ejemplo, los cascanueces de norteamérica o los cuervos de california pueden almacenar miles de semillas y saber exactamente dónde las ocultaron, con una precisión de hasta el 70%. Los colibríes, por otro lado, pueden recordar qué flores han visitado recientemente. Esto les permite gastar menos energía de forma innecesaria en flores sin néctar y optimizar su alimentación.

Cap 8. Gorrionlandia: ingenio adaptativo

Este capítulo trata sobre las aves que han podido adaptarse a los rápidos cambios generados por el hombre, en una escala de tiempo denominada el Antropoceno. Especies como el gorrión común (Passer domesticus) se han expandido por todo el mundo, en parte por su atrevimiento para explorar nuevas zonas y capacidad de adaptación a la intervención humana.

Algunos estudios muestran que las aves que mejor se han adaptado a los cambios hechos por el hombre son las que presentan una proporción cerebro/cuerpo más grande. En cambio, las aves especialistas (que necesitan un tipo específico de hábitat para existir) tienen un tamaño cerebral menor. Esta inflexibilidad a cambios rápidos está llevando a muchas de estas especies a la extinción.

Efectos del cambio climático

Uno de los efectos más notables de la actividad humana es el cambio climático actual, que consiste en un incremento en la temperatura media de la tierra. Algunas aves han respondido a este cambio moviéndose a altitudes mayores, acordes con los requerimientos de temperatura que estas presentan. Esto explica por qué aves de tierras bajas ahora pueden verse en zonas templadas, pero también el efecto puede evidenciarse en las montañas, donde algunas aves se han desplazado a zonas de mayor altitud, lo que implica mayor competencia por recursos, pues conforme se asciende por la montaña el área disponible disminuye.

Incluso algunas aves han subido hasta la cima de las montañas, por lo que no les queda más opción que desplazarse a otros sitios (algo imposible para algunas especies debido a su poca capacidad de dispersión) o adaptarse a estos cambios con el paso de las generaciones. El problema es que los cambios están siendo tan rápidos que es posible que muchas especies se extingan pues no alcanzarán a pasar suficientes generaciones como para que aparezcan rasgos de adaptación al incremento de la temperatura.

Este último capítulo es ante todo, una reflexión sobre nuestra huella en el planeta. Si bien luego de millones de años las aves volverán a especiar, hay que tener en cuenta que si extinguimos todas las aves especialistas, las nuevas especies se derivarán de las más adaptables (básicamente los cuervos, gorriones y otros más, de ahí el nombre del capítulo). El llamado es a apreciar el valor intrínseco que tienen todas las especies por el mero hecho de existir, y de hacer todo lo posible por perder la menor diversidad posible a causa de nuestras acciones.

Créditos de la portada: P. Holroyd (CC-BY-4.0)

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